Uno de los momentos en los que mi cuerpo repasa todo lo procesado durante los últimos días y lo ordena mentalmente, es cuando disfruto de la ducha semanal en la que me permito más mimos de lo habitual más allá de esas duchas rápidas diarias que solamente son una puesta a punto rápida e higiénica.
Las duchas son distintas cuando es fin de semana. Intento meditar (lo intento al menos, aunque me parece muy complicado y creo que tardaré mucho en poder hacerlo correctamente), disfrutar de los aromas y también de las texturas durante ese momento de desconexión.
¿Habéis sufrido ansiedad alguna vez? Y no me refiero a una ansiedad nerviosa y temporal por un examen a la vista, sino a una ansiedad que en algunos momentos es capaz de controlar gran parte de tu vida o incluso toda.
Las personas que hayáis respondido que sí, ¿hubo algo que esa ansiedad bloqueara? Algo que queríais hacer pero que no hacíais porque ganaba la batalla una y otra vez (salir con amigos, relacionaros socialmente, publicar un vídeo y seguir trabajando... ).
Una vez respondida esta pregunta, os planteo otra:
¿Qué pasaría si en ese momento de lucha interna en el que tenéis que ir en contra de vuestra propia mente, alguien os dijese que lo mejor sería rendirse y cambiar tus objetivos?.
Esta ducha ha servido para aclarar mis ideas y adoptar una postura firme al respecto:
No, no es positivo y tampoco es adecuado por su parte.
No dejéis que os confundan ni que las opiniones no solicitadas pesen más que las vuestras. Poned límites y creed en ellos.
Si le cuentas a alguien que te pasa algo hasta el punto de llegar a controlar algunos aspectos de tu vida, si le importas lo más mínimo a esa persona, será comprensiva y empática. Si en vez de eso te dice que dejes de intentarlo y te rindas, hay dos opciones: o no tiene ni idea de lo que es la ansiedad, o es una persona pasivo-agresiva que no debería estar en tu vida. Y créeme, no le debes nada. No le debes a nadie estar bien a costa de cambiar cosas en tu vida si tú no lo decides. Eso únicamente te lo debes a ti si así lo decides.
Creedme que durante un momento pensé que tenía razón... Que no iba a ser capaz nunca más y que no iba a volver a estar bien, por lo que quizás lo mejor era dejar de intentarlo. ¡Madre mía! ¡Si se os ocurra llegar a pensar algo así! Menos mal que me di cuenta de que esos consejos solamente estaban alimentando la negatividad y que hay dos cosas que no estaba teniendo en cuenta: que yo NO QUIERO DEJAR DE INTENTARLO y que SOY MÁS FUERTE QUE ESO.
Si no eres capaz de hacerlo tú sola, pide ayuda. Invierte en ello y trabaja en ti. No dejes que nadie decida por ti o intente guiarte por un camino que tú no quieres seguir. Créeme que cuando más vulnerable estés, más personas así aparecerán en tu vida. Pero es el momento de darte la vuelta y fijarte únicamente en todo lo maravilloso que te está ayudando a que sigas caminando hacia donde estás intentando caminar. Es el momento de confiar en las personas que creen en ti y quieren ayudarte de verdad. No te dejes manipular. Tu trabajo será darle a cada una de esas personas individualmente la importancia que se merece.
☁ Por cierto...
Esta semana he publicado un Reel en mi Instagram de belleza:
Y un vlog en mi canal familiar:
Espero que os guste esta sección. Nos leemos el domingo que viene.
Un abrazo.